Lo normal es escuchar que alguien es de tinto o de blanco ¿verdad? Pues eso se acabó, porque con estas razones que te vamos a dar, vas a plantearte ser más de vino rosado (aunque sea sólo de vez en cuando):

  1. El vino de moda. En el mundo del vino también hay modas. Si antes pasaba desapercibido, ahora está al orden del día. ¡Bienvenidos al boom del rosado!
  1. Un todoterreno. Los rosados son vinos polivalentes que vienen como anillo al dedo en una gran variedad de situaciones. Desde un afterwork, un aperitivo, una noche especial o una comida de amigos. Pero es que, además, los rosados van genial con todo tipo de comida: carnes blancas, aves asadas, pescados azules, mariscos, pastas, arroces…
  2. Fáciles de beber. Hoy día podemos encontrar rosados de nivel muy diferentes entre sí: de tonos pálidos piel de cebolla o intensos colores frambuesa; con más o menos cuerpo. Una amplia paleta de colores y estructuras, pero todos con unas notas comunes: son vinos delicados, frescos, aromáticos y suaves.      Son más ligeros y menos potentes que los tintos, pero esto no significa que sean vinos de mejor categoría. Hoy día los bodegueros dedican a los rosados el mimo que merecen y desechan mucha materia prima antes de su elaboración. Lo cierto es que un rosado es un vino difícil de elaborar.
  1. Recurre también al rosado para las comidas campestres y las barbacoas. Sí, has leído bien. Un rosado con buena estructura puede imponerse al tinto como mejor opción para acompañar las carnes de las barbacoas. Eso sí, no te olvides de mantenerlo bien fresquito, a unos 10º C.
  2. Buena relación calidad precio. Terminamos con una evidencia: los rosados actuales ofrecen calidad a precios, por lo general, muy asequibles.

Y ahora que ya te hemos dado las razones por las que ser de rosado, ¿por qué no empezar a disfrutar de estos vinos?

¡Compra ya tu vino rosado favorito aquí!