Sabemos que, para cada ocasión, existe una variedad de vino perfecta que complementa nuestra experiencia gastronómica. Cuando se trata de comer bien, nadie nos gana, pero al momento de elegir el vino ideal puede que necesitemos algunos consejos. Ahora que llegó el verano y nos encanta juntarnos con familia y amigos a comer al aire libre haya o no una ocasión especial, vamos a contarte cómo escoger el mejor vino.
En primer lugar, hay un motivo muy sencillo por el que elegimos acompañar la parrilla con vino. Una parrilla tradicional es un proceso de cocción seco y rápido. La carne cocinada directamente al fuego, sumada al humo presente en su cocción, intensifican el sabor de la carne misma y de la grasa que la acompaña. El contraste de estos sabores fuertes con los taninos del vino (de sabor astringente), hacen de esta combinación la pareja perfecta. El papel del humo en una parrilla no es menor: los sabores ahumados, e incluso algo carbonizados, son suficientemente fuertes y agresivos para opacar vinos delicados de muchos matices, por lo que se recomienda no desperdiciar aquellos de larga crianza.
Hasta aquí, parecería relativamente fácil la elección del vino para la parrillada. Sin embargo, no basta con elegir un Tempranillo o Cabernet Sauvignon por su nivel de taninos o un Malbec, favorito de los argentinos, expertos en parrillas. Debemos tomar en cuenta dos variables importantes: qué tipo de carne irá en la parrilla y con qué se acompañará (salsas y complementos). No es lo mismo una carne con chimichurri que una con salsa BBQ, pero también hay grandes diferencias entre asar un bife ancho o un cuadril, un salmón o vegetales.
Empecemos con lo más común: un corte de carne bien cocinado (que no es lo mismo que bien cocido). Si se trata de hamburguesas o un corte de ternera, van muy bien el Syrah, Merlot o Cabernet Franc. Si la carne será servida con una salsa BBQ tradicional dulce, es mejor optar por un Bordaux, Barolo o Cabernet, mientras que un Syrah, o Malbec son ideales si esta salsa es más picante que dulce. El Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc son el acompañamiento perfecto para unas costillas o para un cordero asado.
Si lo que te gusta es no escatimar con las especias, más allá de la carne elegida, lo mejor es un vino más frutado y algo dulce. En caso de preferir uno blanco, por ejemplo, recomendamos un Riesling seco. Si las especias, como hinojo o salvia, van sobre una buena salchicha, lo ideal es un vino tinto jugoso, como un Garnacha blend y si lo que se cocinará es un chorizo, especialmente si es picante, nada mejor que una copa bien fría de White Zindandel.
Para sabores orientales, como carne marinada en sillao, es perfecto un Chadonnay, que también acompaña muy bien pescados blancos, ahumados y mariscos. Y aunque poco común, es posible que se trate de una parrillada vegetariana, para lo cual es perfecto un Sauvignon Blanc, por ser un vino más herbal.
Finalmente, si no tienes la información completa porque la parrilla no estará dirigida por ti, una manera de ir a lo seguro es elegir un Malbec o Pinot Noir si prefieres un vino tinto o, de lo contrario, un Riesling o un Rosé seco. Si vas a elegir más de un vino, la recomendación es tomar primero el blanco o el más ligero, para así preparar el paladar para uno menos ligero. Elijas el que elijas, estamos seguros que disfrutarás muchísimo de la experiencia de combinar una parrilla bien hecha con un vino de calidad.