Si hay algo que nos han enseñado estos últimos 20 años, y particularmente los últimos 3, es que el mundo está cambiando a una velocidad nunca antes imaginada. Lo que vivimos hoy en temas climáticos, de pandemia y hasta de guerras no podía ser ni imaginado hace relativamente poco. Y así como los rubros de educación, turismo o entretenimiento se han reinventado y transformado, el mundo del vino viene también cambiando en varios aspectos. Conoce cuáles son las tendencias para tener en la mira.

Desarrollo de otras regiones

La calidad de los vinos de las regiones tradicionales, como Borgoña, Champaña o Burdeos, es indiscutible. Pero con el aumento de consumidores en la categoría, hay una necesidad cada vez mayor de ofrecer un producto bueno, pero más accesible. Ante ello, muchos expertos coinciden en que la principal tendencia en cuanto a vinos es la búsqueda de regiones alternativas que puedan ofrecer un producto con estas características. Así, en los últimos años se ha visto un crecimiento en zonas como Santa Bárbara (California) o Islas Canarias y Gredos (España). Se cree que cada vez más, la gente dejará su zona de confort y pasará de vinos tradicionales franceses a alternativas de regiones menos conocidas, incluyendo las de países como Eslovenia y Suiza, señala Robin Wright, director de bebidas del restaurante Ci Siamo, en Nueva York. Por su parte, el gerente de ventas de Vineyard Brands, Jason Sorrell, agrega que esta tendencia debe su importancia, además, a los problemas ya vistos de la cadena de suministros: esto obligará a los amantes del vino a empezar a probar opciones diferentes.

Búsqueda de historias

Hay una tendencia en el consumo, no exclusivamente del vino, que nos muestra un comprador más curioso e informado. El éxito de Casillero del Diablo se debe, sin duda, no solo a su gran calidad, sino a la historia que cuenta sobre su origen y el origen de su nombre. Pocos vinos han logrado que una leyenda traspase fronteras como lo logró este vino chileno y todo indica que esta es la tendencia a seguir: productos que cuenten una historia más allá de sus características básicas. Hay una creciente curiosidad por saber lo que hay detrás de una botella en cuanto a historia, costumbres agrícolas, detalles del lugar y prácticas de responsabilidad social.

Variedad como nunca

La innovación es clave en cualquier rubro y el vino no es la excepción. La cada vez mayor exigencia de los consumidores y la gran oferta que existe en el mercado, obliga a la diferenciación. Y justamente para diferenciarse, no basta la calidad o el precio: las marcas buscan nichos o consumidores muy específicos. Esto está llevando al desarrollo, por ejemplo, de vinos sin alcohol, con menos alcohol o con envases alternativos. El vino en caja, tradicionalmente relacionado a una baja calidad o vino que solo usamos para cocinar, busca posicionarse como una alternativa eco amigable por su menor impacto frente al vidrio.

Los cambios que estamos viendo y veremos en el futuro responden, como vemos, principalmente a cambios medioambientales y a las nuevas exigencias de un mercado en crecimiento. Esperemos que las nuevas tendencias nos beneficien como consumidores y hagan lo mismo por el planeta.