Desgranamos algunas de las zonas de Francia más conocidas por la elaboración de vinos. Destacan lugares como Champagne, Borgoña, la Provenza o el valle del Ródano.
Pocos países en el mundo tienen una tradición vinícola tan arraigada como Francia. Y pocos vinos tienen tanto renombre como los producidos en tierras galas. La razón puede estar en el tiempo que llevan dedicados en determinadas zonas del país a la producción del vino y a que, pese a no tener un territorio demasiado extenso, si lo comparamos con otros rincones del mundo, tiene unas cuantas denominaciones de origen, que allí reciben el nombre de Appellation d’Origine Protégée (AOP). Y seguro que algunas de ellas te sonarán y mucho, como Borgoña, Chablis o Burdeos.
Francia y las Appellations d’Origine Protégées
Hasta 53 denominaciones de origen pueden contarse en un país que apenas tiene 643.800 kilómetros cuadrados (la mitad que Perú, menos de una cuarta parte de la superficie que ocupa Argentina). Entre ellas hay algunas cuyo nombre, como decíamos, se ha convertido en sinónimo distinción. Tal es el caso de Champagne, que produce el vino espumoso más conocido del mundo.
El champagne se produce en la zona norte del país, donde el clima es más frío y húmedo y tiene carácter oceánico en una parte y continental por otra. Allí, aunque estamos acostumbrados a ver espumosos del grupo de los denominados blanc de blancs (elaborados a partir de la uva chardonnay, blanca) también se produce blanc de noirs (a partir de la variedad tinta pinot noir) y los llamados Cuvée, que son aquellos vinos en los que se ha puesto especial cariño y que pueden haber sido realizados con cualquiera de las variedades típicas de la zona.
Borgoña y Burdeos
Cerca de Champagne, pero hacia el este, pegado a la frontera con Alemania, encontramos Alsacia, una zona en la que predominan los vinos blancos, con uvas como la riesling, la gewürztraminer o muscat. Y un poco más al sur, está también Borgoña, una de las zonas más famosas de vinificación del mundo, algo que han logrado gracias a la excelencia de sus bodegueros a la hora de trabajar con la pinot noir, una labor que, sin duda, merece un capítulo aparte.
Con una latitud similar a Borgoña, pero unas características climáticas bastante diferentes, nos encontramos con los vinos del valle del Loira. Como sigue el curso de uno de los ríos más famosos y largos de Francia, esta es una zona extensa en la que podemos encontrar desde variedades blancas, como la sauvignon blanc, que domina en Sancerre, como los tintos que se elaboran en Anjou con cabernet franc.
Si seguimos descendiendo en este viaje por Francia hacia el sur nos encontramos con otra de las denominaciones de origen más sonadas del territorio galo: Burdeos. Aquí destacan principalmente sus tintos, elaborados a partir de cabernet sauvignon y merlot, que dan como resultado vinos con cuerpo y sabor intenso. Pero en la zona se da una peculiaridad, los vinos de Sauternes, célebres por un dulzor y unas notas olfativas difíciles de lograr y que armonizan a la perfección con otro de los productos estrella de Francia, el foie.
Los vinos de la Costa Azul
Pero no solo el norte tiene buenos vinos. La parte mediterránea de Francia también tiene tradición vinícola. Allí encontramos en primer lugar el valle del Ródano, donde se producen tintos tan especiales como los de Châteauneuf-du-Pape, elaborados principalmente con garnacha, cinsault, counoise y syrah.
Y bordeando directamente la costa del mar Mediterráneo tenemos las zonas de Languedoc- Roussillon -que comparte variedades con algunos vinos de España, como la cariñena o la monastrell, dada su cercanía con Cataluña- y la Provenza, famosa por sus vinos rosados, que representan el estándar y marcan la pauta para otros rincones del mundo.
El de Francia con los vinos es un matrimonio tan sólido que, hasta la isla más grande de su territorio, Córcega, también tiene sus propias elaboraciones, con variedades como la nielluccio o la ciaccarello. Así se continúa en todos los puntos con una tradición que ha convertido a Francia en uno de los principales productores de vino del mundo, y a los vinos franceses en un auténtico referente del savoir faire.