Para todos aquellos a quienes les gusta el vino, pero se pierden cuando leen una cata con sus palabras técnicas: nada de asustarse. Aclaramos el significado de cierta terminología muy común en las catas de los vinos que, por ejemplo, encontrarás en la web de Vinoselección. Todos ellos términos que ayudan a describir las sensaciones y valorar las características de los vinos.
CAPA. Capa alta, media, media alta, media baja, baja… El término ‘capa’ se utiliza en la fase visual de la cata y hace referencia a la cantidad de color o intensidad del color en un vino. Para valorar la capa, aquí va un truco: inclinamos la copa, y ponemos la otra mano al otro lado; si nos vemos los dedos a través de la copa, hablamos de capa baja o media baja; si por el contrario, el color es tan intenso que no nos vemos los dedos, el vino tendrá capa alta. ¿Y qué quiere decir? Una capa alta nos dice que el vino tiene muchos taninos y buena estructura (lo confirmaremos después en boca) y capacidad de guarda.
TANINOS. La palabra ‘tanino’ aparece habitualmente en la fase gustativa del vino. Los taninos son compuestos vegetales que se encuentran en el hollejo de las uvas y también en la madera de las barricas. Estos compuestos pasan al vino y están relacionados con las sensaciones que sentimos en la lengua y encías al paladearlo. Hablamos de taninos de calidad (taninos maduros, sedosos, carnosos…) cuando el vino nos deja un tacto suave. Cuando los taninos no son de calidad (o el vino necesita más tiempo de reposo en botella) notamos sensaciones de astringencia, aspereza o sequedad en lengua y encías. Esto puede deberse a la mala maduración de las uvas o a una mala crianza: por ejemplo, el vino ha estado demasiado tiempo en barrica o se trataba de barricas de mala calidad. Los taninos también aportan un punto de amargor.
RETROGUSTO. El gusto y el olfato comparten conducto sensitivo: la laringe. Por eso, algunos vinos en boca liberan sustancias aromáticas que notamos en nariz… Se llama retrogusto. Las sustancias aromáticas se volatilizan (debido al calentamiento del vino en nuestra boca, que está a 36º C) subiendo sus vapores por la laringe hasta la nariz. Así, a través de la vía retronasal ‘olemos los sabores’: percibimos aromas que afectan de forma directa al sabor del vino. Podemos hablar de sabor afrutado en el vino, de vainilla, etc… pero en realidad son aromas que se han volatilizado en el interior de nuestra boca y llegan a nuestra nariz a través de la vía retronasal.
POSTGUSTO Y PERSISTENCIA. Decimos que un vino es largo o corto según su duración y mantenimiento en el tiempo de las sensaciones aromáticas y sápidas una vez lo hemos tragado. A la hora de valor un vino, es positivo que sea largo. La persistencia se puede calcular en ‘caudalías’: medida de tiempo que dura el vino en boca, equivalente a un segundo.